FICHA DEPORTIVA

Nombre completo: David Villa Sánchez
Apodo: El Guaje
Fecha de nacimiento: 3 de diciembre de 1981
Lugar de nacimiento: Tuilla-Langreo (Asturias), España
Nacionalidad: Española
Club actual: Valencia CF
Posición: Delantero
Altura: 1,75 metros
Peso: 69 kilos
Año del debut: 2001
Club del debut: Real Sporting de Gijón
PALMARÉS:
2 copas del rey (2004 y 2008)
1 Supercopa (2004)
1 eurocopa (2008)
FICHA PERSONAL
Estado Civil: Casado
Un Hobby: El Fútbol
Su mejor recuerdo: Copa del Rey con el Zaragoza
Su sueño: jugar en el mundial
Futbolista favorito: Alberto Zapater
Idolos futbolisticos: Quini, Juanele y Luis Enrique
Deportistas Preferidos: Fernando Alonso
Una película: Braveheart
Un libro: Código Da Vinci
Programa de TV: los Serrano
Actor/ actriz favorito: Javier Bardem/ Paz Vega
Cantante/ grupo musical favorito: Melendi/ Manolo García
CD más escuchado: " para que no se duerman mis sentidos"
Una ciudad para vivir: Gijón/ Zaragoza
Escapada de fin de semana: Pirineos Aragoneses
Colonia favorita: Ultravioler (Paco Rabanne)
Revista Favorita: Don Balón
Comida preferida: La fabada
Bebida preferida: La sidra
Su viaje preferido: Ibiza
Biografía de la infancia de David, realizada por su padre D. José Manuel Villa
Cuenta José Manuel, el padre de David Villa, que su hijo lleva el fútbol en la sangre desde que nació. “Recuerdo que muchas veces nos asomábamos a la ventana su madre y yo y lo veíamos marchándose con el balón debajo del brazo. Entonces le preguntábamos que a dónde iba. ‘Al colegio’, nos contestaba. ‘¿Y los libros?’... Se le habían olvidado en casa”, indica ‘Mel’ con una sonrisa.
Y es que lo del ‘Guaje’ con el balón fue amor a primera vista y su padre tuvo mucho que ver. “Como a mí me gusta mucho el fútbol, lo primero que le compré cuando nació fue un balón”. Regalo que no se lo quitó ni cuando las notas no eran las esperadas. “Era mal estudiante, aunque los profesores nos decían que era inteligente, pero que siempre andaba pensando en sus cosas. La tutora no se cansaba de repetirnos que lo castigáramos con el fútbol pero yo siempre le contestaba lo mismo: ‘yo le quito la bicicleta, los videojuegos o lo que usted quiera, pero el fútbol no”.
Con un cómplice así, no fue difícil adivinar el futuro de David. Aunque hubo momentos en los que ‘Mel’ se temió lo peor. “A los cuatro años se rompió el fémur de la pierna derecha y pensé que me había quedado sin futbolista. Fue mala suerte porque se le cayó un chico mayor encima cuando estaban jugando. Lo pasó muy mal. A punto estuvieron de colocarle hierros y quedarse cojo. Estuvo seis meses escayolado hasta la cintura, pero al final un médico nos dio la solución sin necesidad de que lo operaran”, señala. Después del gran susto inicial, a su padre se le ocurrió una idea que al final ha sido muy útil para su hijo. “Cuando salía de trabajar me ponía a jugar con él y le hacía chutar con la zurda. Pasábamos así dos horas todas las tardes. Creo que ahora le da bien con las dos piernas por aquello”.
Por suerte, David superó aquel percance y comenzó a destacar, aunque su físico no era el más apropiado. “Era muy pequeñín y mal comedor. Hasta le tuvimos que dar vitaminas porque era muy delgado y poca cosa. Pero se movía como ratón”.
Rechazado por el Oviedo
A los 9 años, ‘Mel’ siguió el consejo de un amigo y lo presentó a una selección que hacía todos los años el Oviedo. Aunque parezca mentira, en esa época los Villa eran socios del club carbayón. “Yo era del Oviedo y David también lo fue hasta los 15 años”, señala. Por esa razón, el Oviedo fue el primer equipo que tuvo la oportunidad de contar con el ‘Guaje’, pero sorprendentemente no lo seleccionó.
“Al final se quedaron con 24 chicos para el alevín y no lo cogieron. Creo que una de las razones fue porque era el único chaval de la cuenca minera y había que llevarlo y traerlo todos los días y el Oviedo era un equipo potente que prefería jugadores que no tuvieran problemas para acudir continuamente al Tartiere”.
Con su primera decepción en el bolsillo, David y ‘Mel’ regresaron a casa, pero no tuvieron que esperar para encontrar otro equipo. “El Langreo lo fichó al día siguiente. Allí estuvo desde alevín hasta juvenil de segundo año”. Desde ese momento, David no paró de marcar goles. “No bajó de los 20 goles excepto en el juvenil de División de Honor del Sporting, donde hizo 14. En los infantiles marcó 37 goles, en cadetes 26, en Primera juvenil, con el que subió a Liga Nacional, metió 33. Y en el Sporting igual... Repito que nunca bajó de los 20”.
Y es que cuando ‘Mel’ ve ahora a su hijo jugar y comienza a escuchar los rumores de una posible llamada de la selección, recuerda a un hombre. “Una vez en infantiles fuimos a jugar un partido al centro Asturiano que estaba por la carretera del Naranco. David ya había metido tres goles. Estaba viendo el encuentro y se me acercó un señor mayor, bajito, muy bien vestido... Me dijo que me estaba buscando porque le habían dicho que yo era el padre del '10'.
Entonces lanzó una frase que no la olvidaré nunca. Me dijo 'cuídelo usted mucho, que va a ser algo grande en el fútbol'. No lo volví a ver más y no sé quién sería”. Desde luego, aquel hombre no iba desencaminado.
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